10 ago 2008

Pekin 2008


Ayer iniciaron las controvertidas Olimpiadas en la capital de la nueva potencial mundial.

Desafortunadamente no les voy a poder dar el seguimiento que quisiera por mis condiciones laborales (eso de ser esclavo-burócrata-empleado tiene sus inconvenientes).

Así que me perdí la maravillosa inauguración y me tuve que conformar con los escuetos resúmenes mostrados en TvAzteca y Televisa el mismo viernes por la noche.

¿Qué creo que podremos esperar los mexicanos en estas Olimpiadas?
  1. Un nauseabundo seguimiento por parte de TvAzteca... Con más de la mitad de los enviados perteneciendo al área de espectáculos, pésimos y desconocidos cómicos y casi una ausencia total de especialistas deportivos no queda otra que ver los deshabridos programas de Televisa.
  2. Una muy pobre actuación de los atletas mexicanos ... Acaso una o dos medallas.
  3. Un cielo pekinés completamente contaminado... creámoslo o no está peor que Chilangolandia.
  4. Instalaciones deportivas con tecnología de punta y diseños arquitectónicos maravillosos (falta ver el nido de pájaro y el cubo de agua).
  5. Supremacía absoluta por parte del país anfitrión en el medallero olímpico ... A un día de actividades ya se posicionaron en primer lugar.
  6. Justificadas manifestaciones y quejas sobre el trato a los tibetanos ... Hasta me atrevería a presagiar algún tipo de intervención en las justas deportivas.
  7. Un pequeño atisbo de la cultura que le está permitiendo al estado chino convertirse en una potencia mundial a costa del sudor y cansancio de su sobre-explotado pueblo.
Debo declararme fan de las olimpiadas, desde pequeño me encantaba la idea de justas entre los mejores del mundo en cada deporte. Hay un no se qué que me pone los pelos de punta cuando veo muchas competencias.

Anecdóticamente, recuerdo que unas semanas antes del inicio de Barcelona 92 nos robaron la casa y nos dejaron sin televisión. Con cuanta alegría recibimos el nuevo equipo que nuestro padre nos compró para poder dar seguimiento durante todas las vacaciones de las diferentes actividades ... realmente fueron unas de las olimpiadas que más disfruté.

Ahora sigo los eventos gracias a una viejísima televisión de torreta (de esas que los niños de ahora no saben utilizar) que Elisa trajo a casa.

3 ago 2008

Relato de un robo

Hace aproximadamente dos semanas me sucedió un incidente bastante desagradable pero hasta cierto punto común para un habitante del Distrito Federal: me robaron la cartera.

Sucedió en un pesero que va sobre Félix Cuevas, yo lo tomé en Insurgentes con intenciones de bajarme en Universidad. Desde que se paró, vi que el pesero iba más lleno que de costumbre; pero como se me hacía tarde subí, pagué y me acomodé en uno de los atiborrados pasamanos.

Después de 4 o 5 cuadras me encontraba sobre el mismo pasamanos aproximadamente a la mitad del camión. De pronto, el sujeto que venía a mi izquierda se agachó muchísimo para recoger una moneda de 5 pesos que se le había caído. Dado que éramos muchos y estábamos muy pegados (cosa rara en los peseros de Chilangolandia), sus rodillas chocaban con las mías y yo tuve que pegarme con mi vecino de la derecha para evitar ser lastimado.

El joven "manos de mantequilla" se reincorporó tras recibir la moneda en manos de la persona que venía sentada enfrente de nosotros. Sin embargo, algo me hizo dudar de la veracidad de la situación y me revisé el bolsillo trasero del pantalón para encontrarme con la desagradable sorpresa de que mi cartera ya no estaba en su sitio.

Sin realmente pensar lo que hacía, exclamé en voz alta un consternado "Alguien me acaba de volar la cartera!". La frase llamó la atención de muchos de los pasajeros, algunos de ellos aprovecharon la parada para bajarse del camión. En ese momento me invadió el coraje de imaginarme a un güey gastándose los 2,000 varos que había guardado para la impresión de mi tesis en cualquier pendejada.

Estaba comenzando a maquinar la cancelación de las tarjetas cuando el sujeto de la derecha comentó "Deben haber sido dos chavos que se bajaron en la parada anterior, bájate todavía los alcanzas". En este momento, con la cabeza fría y sentado tras del teclado me parece absurdo haberle hecho caso... Pero todo sucedió tan rápido, estaba tan encabronado y confundido que lo hice, me moví entre el montón de pasajeros mirones (mientras el mismo fulano volvía a repetir lo mismo) y alcancé la puerta de salida.

Cuando estaba dando el brinco para bajar del camión el tipo reiteró "Si, ándale, corréele... los alcanzas!". En ese momento me cayó el veinte de quien había sido el verdadero ladrón y me sentí la persona más estúpida del planeta.

Pero la imagen del tipo panzón gastándose mi lana me motivó a no dejar el suceso impune; corrí a la otra puerta del camión y le dije al chofer que no se fuera porque alguien me había robado la cartera. Afortunadamente me tocó un chofer comprensivo y no arrancó.

Me regresé a la salida y descubrí que el ladrón estaba colocado en la puerta de salida del camión. Lo señalé y grité "Se me hace que tú fuiste!", él claramente nervioso dijo no haber sido y me enseñó su cartera. El gritón del camión me alcanzó y me indicó que había cerca una patrulla, me dijo que si iba por ella a lo que accedí.

Me di la espalda para ver como se iba y voltee ante una gran cantidad de alborto frente a mí. Mágicamente mi cartera había aparecido a los pies del ladrón y éste decía "Se te debe haber caído, es esa tu cartera ¿no?".

En ese momento comencé a preocuparme por una agresión hacia mi persona al momento de tomar la cartera y le pedí al señor que por favor me la pasara. No le quedó otra opción que pasármela. La tomé y le dije al gritón que ya no era necesario, que ya se fueran.

Continué la ruta a mi destino a pie mientras revisaba el contenido de la cartera... No les dio tiempo de sacar ni un quinto. Tal vez me criticarán por no haber entregado al tipo. La neta nada me aseguraba que los polis se lo llevaran porque iba a ser su palabra contra la mía (yo ya tenía mi cartera de nuevo), la situación podía ponerse peligrosa y realmente se me iba a hacer tarde.

Segunda vez que me roban algo en el DF y me lo regresan. Tengo suerte que hayan sido robos sin violencia y haber reaccionado bien y a tiempo.

Así que la próxima vez que tomen un pesero (sobre todo si es el que va en contra flujo sobre Félix Cuevas) y alguien se agacha a recoger algo a su lado cuídense las espaldas, porque es probable que tengan un par de ladrones mañosos a ambos lados.

Cuídense.