9 sep 2008

No se le puede acertar a todo

Pues bien hace un buen rato que no escribo nada en este blog.

Si es que alguien se llegó a preocupar por un posible rapto extraterrestre, dolorosa y angustiante muerte tras una avalancha en un intento por conquistar la cima del everest o secuestro del gobierno chino tras pronosticar un atentado en las Olimpiadas... debo tranquilizarlo diciendo que me vida es mucho más aburrida de lo que espera.

Estuve bastante ocupado trabajando en la presentación para mi examen de grado, abordaré este tema en un post posterior, por el momento cerraré el tema que dejé pendiente en el último post.

Las olimpiadas terminaron hace aproximadamente 15 días. No tuve tiempo de seguirlas como hubiera querido. Definitivamente lo que pude ver preferí hacerlo en Televisa (maldigo mi pobre salario por no permitirme el lujo de contratar cable), el fracaso televisivo de TvAzteca fue tan claro que ni siquiera la medida emergente de mandar a los conductores a todas partes del mundo les funcionó.

La selección mexicana dio un poco más de sí de lo que esperaba ver... Como en ocasiones anteriores, el Taekwondo salió al rescate de la patria dejando en claro que los apoyos al deporte nacional siguen las mismas políticas monopólicas que tanto han enriquecido a algunos de mis conacionales. Aún así me dio mucho gusto ver atletas tricolores en el medallero olímpico.

La ciudad olímpica de Pekin se mostró orgullosamente como el futuro de toda olimpiada. Tanto las impresionantes y novedosas instalaciones deportivas, los asombrosos despliegues tecnológicos de la inauguración y clausura así como la impecable organización de los eventos contrastaban con un cielo altamente contaminado y gigantescos dispositivos de seguridad para mantener bajo control cualquier disturbio causado por las injusticias contra el Tibet o la pésima distribución de la riqueza por parte del gobierno chino.

Realmente China es algo más que primer mundo, para mí representa una inevitable ventana al futuro del mundo, con la mezcla perfecta de decadencia, necesidad de demostrar supremacía y mecanización del hombre.

Aún así me parecieron fenomenales las victorias de los chinos sobre los estadounidenses en la gimnasia por equipos tanto varonil como femenil. Debo confesar que los atletas herederos de Mao gozaron del favor de más de un juez. Sin embargo, antes de pegar el grito en el cielo hay que hacer memoria y pensar que este tipo de favoritismo se da cada 4 años con los miembros de la delegación del país cede (como muestra: las 9 medallas de México en 1968).

Mención especial merece el bicho mutante conocido como Michael Phelps. Que los gringos vayan y les cuenten a sus abuelas el cuento ese de que curiosamente las proporciones deformadas del nadador son exactamente las necesarias para que les saque 3 cuerpos de ventaja al resto de los campeones mundiales.

En fin... fueron unas olimpiadas impresionantes, llenas de tensión competitiva, nuevos records mundiales y pólvora (incluida aquella gastada en territorio Georgiano).

Dejaré el tema por la paz (dado que todo mundo ya habló sobre él). Prometo (aunque sea a mí mismo) retomar el ritmo postero sobre la diversidad de temas que me vengan a la mente.

Saludos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

soy de la idea de que deben transmitir los juegos paraolímpicos, ahí si nos daría más gusto

ender dijo...

Completamente de acuerdo mi estimad@ anónim@... Los paraolímpicos brindan mayores éxitos a los atletas nacionales. Es un fenómeno triste (en el sentido que hay algo que ellos hacen que los atletas olímpicos no), pero muy interesante.